Como cada segundo martes de mes, este martes 12 de noviembre se celebró la Misa de la Rama de Señoras donde la gran mayoría de las señoras asisten, rezan unidas, escuchan las palabras y el mensaje del asesor, padre Juan Ignacio Pacheco. Pero este martes era incierto, no se sabía quién llegaría, incluso si el padre, desde lejos, podría llegar. Sin embargo, la fidelidad fue mayor, incluso heroicamente llegó una de las señoras desde Huechuraba. El llamado de la Mater fue silencioso, pero se escuchó.
Después de un Rosario sentido, rezado por la PAZ DE CHILE en una sola voz y corazón, se recibió las palabras alentadoras del sacerdote. El Perdón era la clave, entregando los “tips” para perdonar, en la manera cómo pide y quiere nuestro Señor, dijo “si no perdonas a un hombre malo, habrán dos hombres malos”. Perdón… fue la tarea que nos dejó para apagar las olas de violencia.
Posteriormente, tuvimos un dialogo motivador de la actualidad con la Asesora, Hermana M. Fernanda. Se remitió a cómo cambió la historia un significativo 18 de Octubre de 1914, en el cual existía incertidumbre y violencia, pero donde también hubo un grupo de Hermanas de María, que hizo un acto de fidelidad rodeando el Santuario para así, ofrecer con amor fiel y heroico, su vida por la salvación del Santuario. Del mismo modo, este 18 de Octubre recién pasado, cuando comenzaron los disturbios y desordenes en Chile, nos llama a ser heroicos, a tener actos heroicos de amor, de servicio, de fe, de oración, de defensa del Reino de Dios.
Luego de las palabras de la Hermana, que apagaban el pesimismo, las rabias, los miedos que cada una traía, alguien dijo: repitamos ese acto de fidelidad, somos las guardianes del Santuario, la Reina nos necesita, etc. Y la palabra “heroísmo” tocó a todas esas mujeres que en un círculo de fidelidad, cada una apretó firmemente la mano de la otra, como un gran signo de unidad y heroísmo, Y todas juntas, junto al padre y la hermana, le repitieron firmemente a la Mater: “Somos tus Custodias Vivas, tenemos un corazón de Cenáculo”, y así cada una se llevó un nuevo propósito, una nueva misión a su hogar… Tener pequeños actos de heroísmo.
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